Corippo es el pueblo más longevo y pequeño de Suiza. Cuando se convirtió en municipio totalmente independiente a mediados del siglo XIX contaba sólo con 300 habitantes. Pero al igual que otras poblaciones rurales europeas, ha sufrido el declive demográfico con las generaciones más jóvenes mudándose a las ciudades en busca de oportunidades.

De los 13 residente actuales, únicamente el alcalde está empleado, el resto es pensionista. La edad promedio es de 75 años. Para evitar que el fantasma de la soledad arrase con la comunidad, una fundación local sin fines de lucro "Fondazione Corippo 1975" ha ideado un plan: convertir Corippo en un centro turístico. 

El proyecto denominado “Albergo Corippo”, ya se encuentra en marcha. Según sus lineamientos, el restaurante de la plaza principal se convertirá en la recepción del hotel, mientras que las restantes cabañas de piedra pasarán a ser las habitaciones.

La primera cabaña, la Casa Arcotti de dos habitaciones, abrió sus puertas a finales de julio de 2018. El resto de las cabañas están en proceso de remodelación y está previsto que el peculiar hotel se inaugure en 2020.  Otros planes a futuro incluyen un servicio de transporte para llevar a los huéspedes a la parada de bus más cercana, excursiones a los alrededores, visitas a museos y clases de cocina.

Este concepto se conoce como «hotel disperso» o «albergo diffuso», y se intentó por primera vez en el noreste de Italia para revivir pueblos que habían sido destruidos por un terremoto en 1976. Nunca se ha probado en Suiza.

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